sábado, 9 de febrero de 2019
Las aventuras de HuckLeberry Finn - Mark Twain
Así que regresamos a casa; y yo no me sentía tan fogoso como antes, sino un poco despreciable y humilde y, por alguna razón, culpable, aunque yo no había hecho nada. Pero siempre te pasa así; no importa si haces bien o mal, la conciencia de uno no tiene sentido común, y se lanza contra uno en todo caso. Si yo fuera dueño de un perro callejero que no tuviera más inteligencia que la conciencia de una persona, lo envenenaría. La conciencia ocupa más sitio que todo el resto de las entrañas de uno, y además, no vale para nada; Tom Sawyer es de la misma opinión.
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