miércoles, 7 de agosto de 2019

Carta a Ottla Kafka (Hermana) - Franz Kafka

No escribo como hablo, no hablo como pienso, no pienso como debería pensar, y así sucesivamente hasta las más profundas tinieblas.


martes, 6 de agosto de 2019

Marchítate - Argos

¿Cómo puedes dormir en tranquilidad?
¿Sabes a caso que tu hermosa piel se marchitará?
Escucha a las flores sobre su magia vidente.
Yo no puedo verlo, me marchito contigo.
Por favor amor mío, corre lejos de éste lugar.
Háblale al espejo de mí y cuéntale todos tus secretos.
Me marcharé, apagaré la luz de mi encendedor.
Alumbraré con un cigarrillo en mi boca lo que me quede de camino,
alimentándome a cada paso de lo efímero para así borrarme en el olvido.
Amor mío no te preocupes por mí, yo me romperé.
Tú corre lejos, márchate muy lejos de mí.
Te estás marchitando y tu compleja naturaleza lo quiere evitar.
Te marchitarás, me marchitaré junto a ti, y marchitándonos juntos tal vez floreceremos de nuevo.
Pero no le hagas caso a mi manchada soledad,
 solo escucha a la tuya propia en su amanecer.
Olvídate de cómo florecer y márchate de aquí,
marchítate como mejor lo sepas hacer.




Bendición - Baudelaire

Cuando, por un decreto de las potencias supremas,
El Poeta aparece en este mundo hastiado,
Su madre espantada y llena de blasfemias
Crispa sus puños hacia Dios, que de ella se apiada:
-“¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación!
Puesto que tú me has escogido entre todas las mujeres
Para ser el asco de mi triste marido,
Y como yo no puedo arrojar a las llamas,
Como una esquela de amor, este monstruo esmirriado,
¡Yo haré rebotar tu odio que me agobia
Sobre el instrumento maldito de tus perversidades,
Y he de retorcer tan bien este árbol miserable,
Que no podrán retoñar sus brotes apestados!”
Ella vuelve a tragar la espuma de su odio,
Y, no comprendiendo los designios eternos,
Ella misma prepara en el fondo de la Gehena
Las hogueras consagradas a los crímenes maternos.
Sin embargo, bajo la tutela invisible de un Ángel,
El Niño desheredado se embriaga de sol,
Y en todo cuanto bebe y en todo cuanto come,
Encuentra la ambrosía y el néctar bermejo.
El juega con el viento, conversa con la nube,
Y se embriaga cantando el camino de la cruz;
Y el Espíritu que le sigue en su peregrinaje
Llora al verle alegre cual pájaro de los bosques.
Todos aquellos que él quiere lo observan con temor,
O bien, enardeciéndose con su tranquilidad,
Buscan al que sabrá arrancarle una queja,
Y hacen sobre El el ensayo de su ferocidad.
En el pan y el vino destinados a su boca
Mezclan la ceniza con los impuros escupitajos;
Con hipocresía arrojan lo que él toca,
Y se acusan de haber puesto sus pies sobre sus pasos.
Su mujer va clamando en las plazas públicas:
“Puesto que él me encuentra bastante bella para adorarme,
Yo desempeñaré el cometido de los ídolos antiguos,
Y como ellos yo quiero hacerme redorar;
¡Y me embriagaré de nardo, de incienso, de mirra,
De genuflexiones, de viandas y de vinos,
Para saber si yo puedo de un corazón que me admira
Usurpar riendo los homenajes divinos!
Y, cuando me hastíe de estas farsas impías,
Posaré sobre él mi frágil y fuerte mano;
Y mis uñas, parecidas a garras de arpías,
Sabrán hasta su corazón abrirse un camino.
Como un pájaro muy joven que tiembla y que palpita,
Yo arrancaré ese corazón enrojecido de su seno,
Y, para saciar mi bestia favorita,
Yo se lo arrojaré al suelo con desdén!”
Hacia el Cielo, donde su mirada alcanza un trono espléndido,
El Poeta sereno eleva sus brazos piadosos,
Y los amplios destellos de su espíritu lúcido
Le ocultan el aspecto de los pueblos furiosos:
-“Bendito seas, mi Dios, que dais el sufrimiento
Como divino remedio a nuestras impurezas
Y cual la mejor y la más pura esencia
Que prepara los fuertes para las santas voluptuosidades!
Yo sé que reservarás un lugar para el Poeta
En las filas bienaventuradas de las Santas Legiones,
Y que lo invitarás para la eterna fiesta
De los Tronos, de las Virtudes, de las Dominaciones.
Yo sé que el dolor es la nobleza única
Donde no morderán jamás la tierra y los infiernos,
Y que es menester para trenzar mi corona mística
Imponer todos los tiempos y todos los universos.
Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,
Los metales desconocidos, las perlas del mar,
Por vuestra mano engastados, no serían suficientes
Para esa hermosa Diadema resplandeciente y diáfana;
Porque no será hecho más que de pura luz,
Tomada en el hogar santo de los rayos primitivos,
Y del que los ojos mortales, en su esplendor entero,
No son sino espejos oscurecidos y dolientes!"

Arte ilustrativo 
Gustave Courbet - Portrait of Charles Baudelaire


sábado, 3 de agosto de 2019

Consumición - Argos

El tiempo me consume.
Yo consumo las cosas.
Las cosas consumen al tiempo.
El tiempo consumido se termina por consumar
 consumiéndose así mismo,
Y regresa, para consumirme otra vez.
Hasta que no quede en mí donde morder.

Arte ilustrativo
Goya - Saturno devorando a su hijo

Como un perro - Argos

Como un viejo terco,
Como un ritual Azteca.
El silencio me aleja en soledad mortuoria.
Me olvido de lo superfluo y empaco un sueño austero, sin más que eso.
¿Por qué mirar a los ojos a quien no mira más allá del cuerpo?
Como un loco,
apasionado.
Juguetón y despreciado,
como un perro.


Artwork by Cesar R. Bosco - Perros de la calle


Bienaventurados los malditos - Argos

Bienvenida sea la desdicha.
Bienaventurados los malditos
que en esta vida padecen,
y que se dieron cuenta que el sabor del dinero es insípido.
Bienaventurados los que vieron con ojos resignados,
que al igual que la vida, la felicidad no permanece.
Malditos, malditos sean los desdichados.
Arrojados a la agonía de la conciencia del tiempo.
¡Oh! ¡Hermanos de la desdicha contemplen el amanecer de un nuevo día!
Castigados por la memoria y recompensados con el olvido.
Estamos obligados a amar y a sufrir lo perdido.
Bien decían los griegos antiguos, el mayor bien es jamás haber nacido.

El miedo - Alejandra Pizarnik

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labio muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.


Distancia justa - Cristina Peri Rossi

En el amor, y en el boxeo todo es cuestión de distancia Si te acercas demasiado me excito me asusto me obnubilo, digo tonterías me echo a temblar, pero si estás lejos sufro, entristezco me desvelo y escribo poemas.


Ambiguo - Argos

Atrapado en la ambigüedad
Amor impío
¡Sí! ¡A la mierda con tu intransigencia!
Bailando sin sentido
¡Sí! ¡Elijo el desorden!
¿Qué ambigüedad te detiene esta vez?

Arte ilustrativo
Pierre Vincent - Nature morte aux colverts, sarcelles et chat volant une grive-musicienne




Extravío

Mariana me pegó una cachetada que me voló los lentes de un lado de la habitación hacia el otro. Los demás presentes en la habitación, Pablo ...