domingo, 16 de septiembre de 2018

Llueve y no llueve

Trágico destino al que me aferro,
sin siquiera saber si existe tal cosa.
Tal vez soy un espiral de decisiones contradictorias.
Mientras más me esfuerzo más me entierro,
mientras más practique, la caída es más contagiosa.
Si calculo demasiado, más rápido el jaque mate inesperado.

Variables infinitas, caminos en constante interrogativa.
El mundo interno me encierra y esconde, el mundo externo me esclaviza y me premia por eso.
Emociones y sentimientos me ahogan; actos repugnantes me queman.

La mirada siempre perdida en el sueño o deambulando en el espejismo colectivo,
donde las mentiras triunfan y las verdades son tabúes mitificados.

De lo psíquico a lo físico,
dialéctica relación.
Estoy polarizado,
ni dormido ni despierto.
El arte fue la primer tecnología para unir a estos dos.

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