miércoles, 23 de mayo de 2018

El niño y la niña que murieron jóvenes

Un día el pasto ya no era verde
Un día los árboles dejaron de crecer
Un día el cielo dejó de ser azul
Un día el Sol no amaneció
Un día la Luna y las estrellas se perdieron en la oscuridad de la noche
Un día las lágrimas fueron las protagonistas
Un día se perdieron sueños, sueños que jamás se sabrán mañana
Un día el corazón perdió su vigor, la razón perdió su sentido
La triste melancolía se apoderó de nosotros, eramos uno en la melancolía y eso nos hacía resistir
Como un fuerte viento no pudo desprender del árbol a la única hoja seca que le quedaba, nuestros
recuerdos se aferraron a estos sueños perdidos
Como una fuerte tormenta en el océano no pudo derribar al naufrago de su bote, nuestros recuerdos se aferraron a este amor perdido
A la mañana siguiente una flor nació
El pasto volvió a ser verde
Los árboles volvieron a crecer
El cielo volvió a ser azul
El Sol amaneció
La Luna volvió a ser la cara de la noche y las estrellas brillaban formando nuevas constelaciones
Las lagrimas fueron el rocío de nuestros recuerdos plantados como semillas en lo profundo del corazón
Los sueños perdidos ya no regresarán, el amor perdido ya no regresará
La vida ya no regresará de la muerte
El niño y la niña que murieron jóvenes se lamentará por siempre
Cuando la vida, el amor y los sueños que aún viven en la tierra lo entendieron y con aceptación dolorosa como la madre alce aceptó que perdió a su cría por fuerza de lobos, la vida se llenó de amor los ojos y prometió mirar cada segundo de su tiempo con el amor más sincero, con amor de niño, con sueños de adolescentes.
El niño y la niña que murieron jóvenes, jamás serán olvidados, ni el tiempo logrará cerrar la herida
Porque esta herida es infinita, es carne descubierta por siempre, ardor continuo, dolor memorioso.
No dolor amargo, ya que, tal dolor proviene del odio, si no, dolor memorioso.
Dolor memorioso que recuerda a cada instante, a cada sentido, a cada sentimiento, a cada recuerdo, que se está vivo y que pelear por la vida es recordar con amor en los ojos y dolor memorioso en el corazón

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