Mi corazón arde de furioso amor que vuelve sangre mis pensamientos, en cualquier momento moriré, lo sé, pero aún estoy vivo. ¡Aún estoy vivo!
¿Por qué he de callar?, ¿Por qué he de temer a la explosión de mi núcleo?, ¿ Por qué he de sudar con las miradas y las habladurías?
¡Estoy vivo!, y pronto moriré; mi corazón late por ultima vez, y yo he de seguir con ferviente decisión cada pálpito que me indique el camino, he de ser esclavo y amo de su último bailar.
¿Por qué he de temer, si aún estoy vivo y pronto moriré?
Las preguntas se funden con mi dolor y se revuelcan en mil palabras para poder ser, para regresar de la nada, como lo hace el silencio, como lo hace el dolor.
Las palabras se contagian de existencia y se convierten en un virus que no quiere abandonar el tiempo.
Aún estoy vivo y pronto he de morir; mientras tanto hablo, pero no es suficiente, entonces escribo, escribo lo que queda de fluidos movimientos en mi sangre.
Pronto he de morir, lo sé, lo sé, pero aún escribo.
viernes, 17 de mayo de 2019
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